miércoles, 21 de mayo de 2008

fotografías para ilustraciones

**ADVERTENCIA**
**AMANTES DEL SÓLO-TEXTO NO LEER**

Cuando hago una foto, tengo un dilema: si se hace con ojo artístico normalmente no vale para ilustrar una aventura conversacional, tal como yo pretendo hacerlo con cierta uniformidad de perspectiva (ni tampoco como foto documental de esa zona)
Si buscas el contraluz, el escorzo, el detalle, la parte sin su contexto... esa imagen no sirve luego para describir una localidad o un lugar globalmente, sino una particularidad de él, un efecto... la anécdota y no el conjunto.
El atardecer puede quedar precioso, pero o toda la aventura se desarrolla en un perpétuo atardecer, o cada vez que pasas por esa localidad casualmente está atardeciendo aunque en la siguiente el sol esté a las 12, o te preparas todas las localidades para las distintas luces del día.

Las que suelen cuadrar son las tomadas desde la altura de la cabeza y de frente, ni hacia arriba ni hacia abajo, y con el sol arriba, sin excesivas sombras hacia poniente o naciente. De este modo las fotos son más fácilmente editables para darles la luz adecuada o las sombras que queramos llegado el caso. Más fácil es emborronar lo que sobra que sacar a la luz lo que no existe.
De hecho lo ideal es un día nublado, sin sombras fuertes y con luz uniforme. Estas fotos son la mejor base para componer decorados.

Es un criterio sólamente, todo vale si queremos, podemos entrar en un salón y poner como ilustración principal su maravilloso techo pintado por Michelángelo Buonarotti; o usar la foto de una botella de vino para ilustrar una bodega; o usar éstas cuando miramos al techo o miramos una botella. Pero para la entrada en la localidad queda extraña la focalización directa en uno de sus elementos, o un punto de vista retorcido como si el protagonista si hubiera tirado al suelo o apretado contra una pared.
No obstante, a base de partes también se puede componer un buen conjunto global.


Lo' pogramas d'oy en día hacen de tó.

No hay comentarios: